Una encuesta realizada en el Reino Unido sobre el uso de la bicicleta durante el pasado confinamiento, ha dado como resultado datos reveladores de quienes han sido las personas que han cambiado una vida sedentaria y acomodada, por un más saludable y sobre ruedas.
Cuando a uno le prohíben salir de casa salvo para hacer ejercicio, ya sea correr o montar en bicicleta en solitario, las preferencias se tornan, en la mayoría de los casos para bien.
El boom de la bicicleta de los últimos meses tiene un porqué o una base científica, y cuyos datos han sido desvelado por Cyclescheme.
«Más de la mitad de los encuestados había pensado en montarse una bicicleta antes del confinamiento, pero nunca lo habían hecho»
Muchas son las personas que se proponen salir a correr o a montar en bicicleta en algún momento de sus vidas, pero por unas o por otras, nunca se han lanzado a ello.
También están los que lo intentan un día y la cosa no sale como esperaban, cogiéndole tal manía que no desean volver a intentarlo, al menos durante algunos años hasta que lo astros se vuelvan a juntar.
Pero como decíamos, cuando se nos prohíbe algo, buscamos cualquier pretexto o motivo para saltarnos la prohibición, aunque para ello tengamos que sudar la camiseta.
Esto ha sido lo que ha ocurrido con el boom de la bicicleta en todas las grandes ciudades del mundo, y también en pequeñas poblaciones.
Cuando se permitió salir ha realizar deporte, los que no tenían un perro para pasearlo frente a su casa, se les encendió la bombilla para dejar las cuatro paredes de «la jaula» donde habían estado más de tres meses encerrados.
Era hora de bajar al trastero y desempolvar aquella vieja mountain bike que algún familiar o amigo les había regalado y que no había utilizado mas que el día que la recibieron.
El 82% de las personas que usaron la bicicleta durante el confinamiento quiere seguir utilizándola
Los datos recogidos entre más de 2.000 personas reflejan que la bicicleta crea adicción.
El 52% de los encuestados reconoció que siempre quiso utilizarla para hacer deporte o desplazarse, pero la comodidad del coche, el transporte público y el miedo a ir entre los coches, además del querido sofá, nunca les dejó dar el paso.
Pero de todos los nuevos ciclistas que cambiaron a las dos ruedas durante el pasado 2020, el 82% quiere seguir utilizando la bicicleta en su día a día.
Menos coches, mejor estado físico y mental, más ahorro económico y el miedo al contagio
Las carreteras semivacías, una vida sedentaria, sobre todo estando encerrado, el miedo a coger el transporte público colectivo y el ahorrar unos euro, fueron otros de los puntos a favor para que muchas personas decidieran montarse en una bicicleta.
Pero el confinamiento no solo mejoró la vida de los nuevos ciclistas. Los que ya utilizaban la bicicleta anteriormente potenciaron su uso gracias a un menor riesgo de circular en carretera y ciudad, con la gran mayoría de coches parados.
Más del 65% de los encuestados, que y eran ciclistas, reconoce que incrementaron el tiempo de sus salidas y también la frecuencia, ampliando las típicas rutas del sábado y domingo, por alguna más entre semana.
Todo el mundo quería estar dando pedales en la carretera o en la montaña y todos lo pudimos ver con nuestros ojos.
Los caminos y las ciudades se llenaron de personas caminando, corriendo o en bicicleta.
Las tiendas semivacías y la falta de infraestructuras ciclistas están frenando la expansión de la bicicleta
Pero los nuevos ciclistas también se han encontrado con alguna que otra traba que les ha impedido disfrutar como desearían de esos meses de encierro y también de los posteriores, ya con más libertad.
Muchos intentaron hacerse con una bicicleta de precio razonable, es decir, de gama baja, pero estas desaparecieron en cuestión de semanas en cuanto las tiendas decidieron abrir sus puertas.
Como ocurrió con los rodillos de entrenamiento, poco a poco se fueron agotando, y los que tenían existencias sin vender durante «años», pudieron deshacerse de todos ellos a un precio más que goloso.
Otros ha visto como tras la vuelta a la «normalidad», los coches han vuelto inundar las calles, antes vacías y libres, y esto ha frenado que sigan utilizando la bicicleta para desplazarse.
El estudio también refleja que una gran parte de los encuestados seguiría utilizando la bicicleta si sus ayuntamientos creasen carriles bici seguros y útiles. En concreto, el 55 de los encuestados desearían que su ciudad estuviese diseñada para moverse en bicicleta de forma segura, y no por el medio de la carretera frente a moles de metal echando humo.
No queda duda de que incluso cuando las cosas se ponen muy cuesta arriba, la bicicleta está ahí para solucionar muchos de nuestros problemas diarios.
Basta que te subas a una, des unos pedales y sientas la liberad que te da.