Normalmente los ciclistas, cuando vamos circulando por la ciudad, prestamos especial atención a los cruces, porque es ahí donde se producen la mayoría de los accidentes.
Nos fijamos sobretodo en los vehículos que circulan por la calle perpendicular a la nuestra.
Pero uno de los mayores peligros que nos acechan está en los vehículos que circulan en paralelo a nosotros (y más en concreto a nuestra izquierda), sobre todo en los de gran volumen como son camiones y autobuses.

En este tipo de vehículos los conductores, pese a que tienen una gran panorámica visual frontal, en los laterales tienen unas franjas visuales en las que no ven absolutamente nada.
Cualquier cosa que haya en estas zonas, llamadas “puntos ciegos” serán totalmente invisibles para el conductor, incluidos los ciclistas.
Una de las situaciones más peligrosas suele ser cuando el camión o autobús pretende girar.
En ese instante, si nosotros como ciclistas no somos precavidos y nos situamos en alguno de estos puntos ciegos, tendremos muchas papeletas para que el camión pase por encima de nosotros.
Este no es un hecho aislado, se han dado infinidad de casos en los que un camión ha matado a un ciclista al realizar esta maniobra.
«sí nosotros no vemos la cara del conductor en sus retrovisores, él tampoco nos estará viendo, seremos invisibles para él»
Uno de los casos más sonados fue el de Cynthia Barlow
A su hija la mató en Reino Unido un camión de la compañía CEMEX al realizar este tipo de giros. Ella quedó atrapada bajo las ruedas del camión.
Cynthia Barlow desde entonces comenzó una batalla para esclarecer los hechos y ver que falló para que su hija terminara con su bicicleta bajo las ruedas del camión.
Finalmente consiguió que la empresa CEMEX tomara medidas al respecto e instalaron un sistema de sensores para que detecten a los ciclistas al realizar este tipo de giro.
Desde entonces la flota de camiones de esta empresa no ha vuelto a tener ningún accidente similar.
Cuando veamos un vehículo de gran tamaño debemos de tener mucho cuidado al adelantarlo y prestar especial atención a los posibles giros que pueda realizar.
También tener claro que si nosotros no vemos la cara del conductor en sus retrovisores, o directamente, es porque él tampoco no está viendo.