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Endura quiere tener una huella de carbono «negativa» para 2024

Lavado de cara o no, mucho mejor apostar por mejorar el planeta que quedarse de brazos cruzados.

Hoy en día no existe ninguna empresa 100% ecológica. Todo y todos contaminamos de alguna u otra forma, ya sea en mayor o menor medida.

Teniendo esta premisa como bandera, y siendo honestos con nuestras actividades, tanto laborales como de ocio, Endura se planteó conseguir plantar más de un millón de árboles en el pasado año, compensando así las emisiones que la producción y distribución de sus productos provocan.

En total, y gracias a la ayuda de Eden Reforestation Projects, una ONG dedicada a reconstruir paisaje deteriorados por la deforestación, en 2021 Endura plantó 1,3 millones de árboles.

En concreto, estos árboles fueron colocados en los manglares de la bahía de Maputo, en Mozambique, un lugar muy dañado por la erosión y la poda descontrolada.

Tener una huella de carbono negativa es posible, pero no quiere decir que no se dañe el planeta

El ambicioso proyecto de Endura supone doblar cada año el número de árboles replantados, llegando a conseguir en 2024 una huella de carbono «negativa».

En la actualidad, las emisiones de CO2 de Endura superan el actual plan de 1 millón de árboles por año. Duplicando esta cifra, llegando hasta los cuatro millones de árboles, en 2024, sus emisiones podrían ser inferiores a la cantidad de C02 que los árboles plantados absorben.

En 2018 ya eliminaron algunos de los productos químicos más contaminantes utilizados en sus productos impermeables, como el PFC.

Como bien comenta la propia fundadora de Endura, Pamela Barclay, todo esto podría parecer un lavado de cara de la marca, pero es mucho mejor que quedarse con los brazos cruzados y no hacer nada.