Según algunos testigos, el conductor del tranvía, que esperaba detrás de un ciclista para que un semáforo, tocó el claxon cuando este se puso en verde.
En realidad no se sabe muy bien si el conductor lo hizo para «decir» al ciclista –vamos, que ya está en verde!-, o fue para que se apartase se su camino y le dejase pasar.
Sea como fuere, si el «pito» de un coche ya asusta hasta al ciclista más calmado del mundo, el de los tranvías a veces se parece más a un tren de alta velocidad.
El ciclista, tras recibir el pitido, comenzó pedalear cada vez mas lenta delante del tranvía
Según los comentarios de los testigos en el diario local Edinburghlive, ciclista y tranvía esperaba en el mismo semáforo en rojo.
El ciclista estaba delante, y nada más ponerse la luz en verde, recibió el «sigiloso» pitido del conductor del tranvía.
Cuando comenzó a pedalear, lo hizo todo lo despacio que pudo a modo de protesta.
Además, según las personas que pudieron ver el incidente, el ciclista le regaló el dedo central de su mano al conductor, puedes ver la imagen aquí.
En la carretera, y sobre todo en las ciudades, mucha veces impera la ley del más fuerte.
Muchos conductores creen que tienen la potestad de apartar a los ciclistas de en medio a base de pitidos y acelerones tras e ellos.
Como vimos con el tema del botón rojo del coche 4×4 de Ineos, el Grenadier, los claxon, pitos o bocinas de los coches no son nada amigables, además de estar prohibidos salvo para emergencias.
Nunca debemos tocar el pito a un ciclista
Nunca debemos tocar el pito a un ciclista, y mucho menos para pedirle paso.
Si eres conductor, de lo que sea, has de saber que los ciclistas y las bicicletas tenemos los mismos derechos que cualquier otro vehículo (y también obligaciones). Y sí, también pagamos impuestos.