
Tristemente hemos vuelto al pasado. Ni el empuje de la bicicleta ni el virus nos ha hecho cambiar lo más mínimo en nuestros hábitos, sobre todo a la hora de desplazarnos por la ciudad.
En los dos primeros días de clase en Barcelona, de las 755 actuales escuelas, nada más y nada menos que 741 superan con creces los niveles de contaminación recomendados por la Unión Europea en su media anual.
Y esto solo en los dos primeros días. Según la normativa europea, no deberían sobrepasarse nunca el nivel de Dióxido de Nitrógeno en 40 mg / m 3, al menos en la media anual.
El límite está en 200 mg / m 3, cuya cifra no se podrá alcanzar en más de 18 días anualmente.
Pero lejos de los datos, no se llega a comprender como las personas, de cualquier edad o condición, aceptan y además contribuyen a respirar aire contaminado hasta cuando duermen o realizan deporte.
Si estos niveles de contaminación es el aire que respiran nuestros hijos, imagína en otros lugares de la ciudad donde tienes los tubos de escape más cerca.
Y sí, no es solo la culpa del coche o los motores de combustión, ni tan si quiera solo del Dióxido de Nitrógeno (pues existen otras partículas dañinas y contaminantes), pero en concreto este tipo de partículas principalmente provienen de ahí.
Ve a pie, usa la bici, el patinete o el transporte público. Estamos respirando aire contaminado las 24 horas del día. ¿No te parece poco el motivo?