El vídeo de la caída de Stefan Küng durante el Campeonato de Europa de Contrarreloj 2023 en bicicleta de carretera contra las vallas, es espeluznante.
Pero más espeluznante es ver las imágenes tras el accidente, ensangrentado, con el casco destrozado y pedaleando como si no hubiese pasado nada.
Más asombroso es aún que un ex directivo de la UCI, critique la posición aerodinámica de los ciclistas en las pruebas contra el crono, pidiendo que se prohíba.
Y ya rizando el rizo, lo que más miedo da, es que nadie de la Unión Ciclista Internacional ni de la organización de carrera, ni de su propio equipo o selección, parase al ciclista de inmediato tras tremendo golpe de cabeza.
En la mayoría de deportes, tras los numerosos casos de CTE detectados en atletas de diferente nivel, prohibe continuar compitiendo si se recibe un golpe en la cabeza, incluido en el ciclismo
Stefan Küng no tiene la culpa, quizás ni si quiera supiese el alcance de sus lesiones y la gravedad que conlleva el haber seguido en carrera como si nada.
Quién no tiene perdón es la UCI, sus directivos, jueces, organizador de carrera y seleccionador, por no decir el médico de carrera.
Nadie en su sano juicio debería mirar para otro lado cuando un ciclista se cae y recibe un golpe en la cabeza, por leve que parezca.
Puede que las lesiones de Stegan Kung fuesen al final leves, pero esa no es la cuestión. La seguridad y salud de los ciclistas parece importar bastante poco
Este no es leve, es muy grave, y no es que a partir de ahora se deban tomar medidas, esa normativa ya existe hace años y rara vez se aplica.
Ahora lo que toca es pedir responsabilidades a los culpables de que Stefan Küng continuase en carrera tras esta espeluznante caída contra las vallas metálicas.
