No hay nadie al volante, ni en Bicimad, ni en la EMT, ni en el Ayuntamiento de Madrid, ni tan si quiera en los partidos de la oposición.
Desde que se pusiesen en la calle las nuevas bicicletas eléctricas y las nuevas estaciones junto a una aplicación móvil diferente, Bicimad se ha sumido en un caos que nadie quiere, sabe o puede controlar.
Ya no solo es que la aplicación no funcione, que las estaciones antiguas no sean compatibles con las nuevas, que las bicicletas no corran como antes, que estén el 90% averiadas, que fallen cuando estés pedaleando con ellas o que se tiren semanas sin que nadie las recoja de un descampado.
Se esté haciendo algo o no se se esté haciendo algo, todos hemos pagado una millonada en un sistema que Almeida y Carabante han puesto en la calle sin probar, sin que funcione, y sin nadie que lo pueda gestionar.
Millones tirados a la basura por una absoluta mala gestión municipal.
Las nuevas bicicletas de Bicimad se encuentran descuartizadas por las aceras de Madrid
Si el sistema no funciona, cualquier puede coger una bicicleta de Bicimad, y literalmente llevársela a su casa.
Esto sería incluso bueno, pues no estaría tirada en cualquier parte.
Algunas y se ven descuartizadas, sin ruedas, sin motor, sin batería, o reventadas tiradas por una escalera o contra una pared.
Bicimad a día de hoy está medio muerto. Lo han querido matar una vez más.
Nadie, salvo cuatro personas anónimas igual que nosotros, ha pedido responsabilidad por hacer algo mal y no poner solución a tiempo.
Hasta mayo y las elecciones aún queda mucho. No parece tampoco importarles nada. Bicimad morirá.
