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¿Cuánta tensión crees que aguanta una corredora de Descenso profesional?

Tracey Hannah en Rotorua 2020 - Graeme Murray/Red Bull Content Pool

El pasado año vimos como la australiana Tracey Hannah conseguía, después de más de una década luchando por ello, su primera general de la Copa del Mundo de Descenso en la máxima categoría.

Habiendo sido campeona del mundo Junior allá por el año 2006, ha tenido que recorrer un largo camino lleno de múltiples obstáculos: graves caídas y lesiones, compaginar trabajo con ciclismo, rivales de la altura de Rachel Atherton, Manon Carperten o Myriam Nicole entre otras muchas estrellas del Downhill femenino.

En 2019 pese a ganar la general de la Copa del Mundo de DH en mountain bike, todos pudimos ver su sufrimiento y a la vez su concentración para llegar entera a la última prueba, donde por muy poco mantuvo el liderato.

El aspecto físico y la destreza sobre la bicicleta de montaña lógicamente cuenta y muy mucho en el resultado final, pero la fortaleza mental no se queda corta respecto a estos dos otros aspectos de la alta competición.

En una bajada de poco más de tres minutos de duración pueden pasar muchas cosas, todas ellas en diferentes etapas.

La salida, concentración máxima, tensión y pulsaciones elevadas pese a estar parada, visualización del circuito, etc.

El corazón se para por un momento

Cuando llega el momento de apretar los dientes y los pedales a partes iguales, el corazón se para por un momento hasta que la bicicleta comienza a fluir y los amortiguadores ha realizar su trabajo.

Ahora es el turno de intentar respirar, respirar, y respirar más.

Si te quedas sin oxígeno estás vendida, los músculos no responden y la sangre no llega con fluidez a nuestro cerebro.

Aquí es cuando podemos comenzar a cometer los primeros «errores». Si no son muy graves, bocanada de aire y a continuar.

Piedras, raíces, polvo, barro, el griterío del público, equivocarse de trazada, cambios en el terreno respecto a lo que habíamos entrenado los días anteriores, y un sin fin de imprevistos que ocurren en tan solo tres minutos de reloj.

Por eso, vencer en una prueba internacional como es el Crankworx de Rotorua, o cualquier otra del mismo nivel, no solo requiere estar en forma y saberte mover con la bicicleta como pez en el agua, hay mucho más allá, sobre todo cuando algo no sale bien y hay que rectificar en décimas de segundo y seguir pensando en la siguiente curva.

Aquí os dejamos el vídeo onboard la bajada ganadora de la primera competición de Tracey Hannah en este 2020, que parece que viene a por todas.

Por cierto, pese a los pequeños fallos y los jadeos de cansancio, le saco nada más y nada menos que 24 segundos a la segunda clasificada, un mundo para cualquier competición de DH sea del nivel que sea.