Además de la versión maratón a la que año tras año acudimos en la población Navarra de Arguedas, en marzo también se celebra la Media Extreme, una prueba totalmente diferente de su hermana mayor.
El domingo 18 de marzo, junto a otros 800 corredores y corredoras, los Hellbikers de Iberobike tomamos la salida que tuvo lugar junto al polideportivo Miguel Indurain de Arguedas.
Los primeros 4 kilómetros constituyeron una vuelta periférica por el pueblo, donde las muestras de ánimo fueron continuas.
A partir de ahí se acabó la broma y nos enfrentamos al primer muro del día: una pared de 5 kilómetros con el suelo bastante roto y donde los tapones la convirtieron en el punto más peligroso de la escalada.
Era complicado encontrar hueco entre el grueso de ciclistas que intentaban no caerse en las numerosas roderas o como consecuencia de las piedras sueltas.
Hay que añadir que durante la noche anterior había estado lloviendo de manera muy abundante (incluyendo varias tormentas), lo que había dejado un terreno de juego más complicado.
Aunque la mañana estaba fresca, os puedo asegurar que en esa primera pala sudamos lo que no está escrito.
Los kilómetros siguientes transcurrieron por parcelarias, campos de cultivo y falsos llanos que acumulaban hasta un 11% de desnivel, todo aderezado por un implacable Cierzo que no soplaba especialmente fuerte, aunque sí lo justo como para obligar a organizarnos y adoptar técnicas de carretera.
Sobre el kilómetro 22 encontramos un participante averiado que había acudido con una bici prestada cuya cadena se partió. El hombre andaba bastante perdido en esto de las reparaciones mecánicas así que intentamos echarle una mano. Por desgracia, tenía transmisión de 11v y los eslabones rápidos que llevábamos nosotros son para 10v y 12v, así que poco pudimos hacer.
La organización tiene coches y ciclistas repartidos por todo el recorrido para prestar asistencia mecánica y médica, por lo que recomendamos que fuese caminando para no quedarse frío y seguimos nuestro camino.
El viento comenzó a cobrar más fuerza, así que continuamos con la estrategia de unirnos a grupos del mismo nivel y a rueda.
Sobre el kilómetro 24 nos enfrentamos a un descenso que discurría por cañón vertical, pedregoso y lleno de saltos que nos llevó hasta el avituallamiento.
Avituallamiento muy bien surtido por cierto ya que contaba con todo lo necesario, lo que nos permitió hidratarmos, comer algo y arrear seguidamente para evitar quedarnos fríos.
Pisteamos un kilómetro y al girar a la izquierda vino el segundo muro de la jornada. Una pala de cemento, con un desnivel del 15% que nos volvió a recordar la filosofía de la Extreme Bardenas: crear un recorrido sin olvidarnos de ninguna cuesta.
Ya se sabe que todo lo que sube tiene que bajar, así que después del rampón vinieron dos kilómetros de zigzagueante y divertido descenso.
Un nuevo giro a la izquierda nos dejó frente a otro ascenso. No es que fuera especialmente fuerte aunque sí desesperantemente largo. 4 kilómetros de subida vinieron seguidos de algo de llano hasta que un nuevo giro a la izquierda volvió a colocarnos frente a una pala de las que asustan.
300 metros de suelo roto con un desnivel superior al 20% llevó a más de un participante a descabalgar, era tan vertical y la gente venía tan castigada que alguno se cayó de lado sin poderse levantar a consecuencia de los calambres.
Enganchamos algo de llano y comenzamos a pedalear con bastante ligereza, pero la sorpresa que nos esperaba al llegar al Parque de Senda Viva nos pilló desprevenidos.
Un perfil de serrucho con 6 bajadas tan verticales como las subidas que les seguían nos recordó que no se puede cantar victoria hasta que no se cruza el arco de meta. De hecho hubo gente a la que le pilló tan de sorpresa, que partió la cadena en ese tramo.
Destacable el apoteósico tramo final que nos regaló la organización. Un sendero de tierra vertical, estrecho, y roto nos llevó hasta Arguedas al más estilo endurero.
Finalmente con un tiempo de 3h 11m cruzamos el arco de meta y pudimos disfrutar de todos los servicios que teníamos a nuestra disposición: limpiabicis, duchas y una txistorrada, con pancetada de lujo.
Muchas veces había oído que la Media Extreme era una prueba totalmente distinta a la Extreme Bardenas y después de haberla probado en mis carnes, doy fe de ello.
Parece mentira que un mismo entorno pueda dar dos recorridos tan diferentes, pero es así. Mientras que la maratón es más rodadora, la media es muchísimo más juguetona y ratonera.
Duras subidas dan paso a descenso relativamente técnicos, creando un recorrido final disfrutón que hace las delicias de toda persona amante de la Mountain Bike.
El pueblo de Arguedas ya nos ganó con la Extreme Bardenas, pero con la Media Extreme…nos ha convertido en auténticos forofos.
No sé tú, pero nosotros ya estamos contando los días que faltan para volver a vivir la auténtica experiencia del desierto!