El pasado 4 de junio tuvimos el privilegio de participar en la 8ª edición de la Euskadi Extrem, una prueba de tipo Bikemaraton donde nos llevaron hasta el cielo, pero no sin antes hacernos pasar por el infierno.
Por tercer año consecutivo, la prueba ha mantenido el formato de un día con inicio y final en la ciudad alavesa de Vitoria-Gasteiz, desde donde hemos recorrido parajes de ensueño para la práctica de la bicicleta de montaña.
Este 2016 los organizadores, buscando mejores condiciones de luz y climáticas, han trasladado la prueba de septiembre a junio, lo cual se ha traducido en una espectacular respuesta por parte de los aficionados a este tipo de pruebas, ya que el número de participantes ha subido significativamente respecto a otros años, rondando los 900 inscritos.
Este año la base de operaciones de la prueba se montó en el Parque del Prado, un lugar muy apropiado para acoger tal aglutinación de gente y poder organizar con seguridad el delicado momento de la salida.
Después de un Aurrezku, a las 11:00 am la prueba dio comienzo y, como si de una enorme culebra se tratase, centenares de bikers recorrimos las calles de la capital en busca de la ansiada Sierra Badaia.
La salida de la ciudad fue neutralizada por un vehículo guía, pero una vez llegamos a las parcelarias, se acabaron las bromas y nos dejamos arrastrar por el frenético ritmo de la masa.
Atravesamos como flechas Etxebarri-Ibiña, letona y Apodaka, donde alternamos senderos, pistas y algo de carretera.
Curiosamente, en uno de esas uniones entre carretera y pista, donde había un paso de agua un tanto prominente, cerca de una veintena de bikers reventaron la rueda por no ser capaces de superar el obstáculo correctamente.
A mí también me pilló por sorpresa, llevando las suspensiones bloqueadas, pero por suerte tuve tiempo de abrirlas y saltar el borde de cemento sin mayor problema. La pena es que no me dio tiempo a encender la cámara de vídeo para poder grabar tan significativa escena.
Sin mayor dificultad llegamos al avituallamiento apostado en el kilómetro 30, exactamente en la población de Hueto Arriba.
Bebimos, comimos algo de fruta y nos lanzamos a por la primera escalada del día, Ganalto (898m).
La subida no es demasiado complicada y además, los bikers alaveses la conocemos bastante bien, ya que es la zona de entrenamiento habitual de invierno, así que sin mayor problema recorrimos el corte de la sierra, con las Peñas de Oro (892 m) al fondo.
Seguimos rodando por las sendas más típicas de Badaia, como por ejemplo Flaquiturri, Mendoza y la de la cárcel.
Como anécdota contar que en la zona de Flaquiturri, me encontré con un biker que había mantenido la 5ª posición hasta que reventó la rueda trasera, sin posibilidad alguna de reparación, perdiendo todas las opciones de llegar ni siquiera a meta.
Es una de los peligros que encierra Sierra Badaia, si llevas una presión demasiado baja, es fácil rajar las cubiertas con sus planchas de piedra.
Manteniendo un media de 20km/h atravesamos Nanclares de la Oca y llegamos a La Puebla de Arganzón (km 65), donde nos esperaba la ansiada Pasta Party.
Después de este descanso vino la parte más complicada y exigente de la prueba, la que nos llevaría por los repetidores de San Miguel (943m), Busto Gana (976m) y Zaldiaran (978m).
El despiadado ascenso hasta Castillo Grande (806m), junto a los estrechos senderos llenos de ramas, raíces y complicados descensos redujeron drásticamente la velocidad media que habíamos mantenido en la primera mitad de la prueba.
Los menos hábiles nos vimos obligados a echar pie a tierra, arrastrando el culo por las zonas más complicadas, lo que no fue del gusto de todo el mundo, pero por alguna razón está catalogada como Extrem esta prueba.
Con más pena que gloria y a una hora del corte (18:00h) conseguimos llegar al avituallamiento colocado en la carretera que corona el alto de Zaldiaran.
Recompuestos de la paliza, nos lanzamos a por la última escalada del día, el alto de Arrieta (1000m). Ni que decir que esta última subida se nos hizo un poco “cuesta arriba”, pero la cercanía del final nos dio la energía suficiente como para superarla de manera más o menos honorable.
Todo lo que sube, tiene que bajar, así que en el descenso por las pistas de los Montes de Vitoria intentamos recuperar el tiempo perdido, pero la cantidad de barro que se acumulaba en los caminos, nos obligó a extremar la prudencia al máximo.
Dejamos atrás la zona de Mendiola, Arechavaleta y cogimos el carril bici de la Green Capital, el cual recorrimos como cohetes hasta llegar a la línea de meta.
Los dos primeros puestos fueron para los corredores del equipo Buff Pro Team BH, Joan Llordella Prat y Antonio Ortiz Barranco, quienes hicieron un tiempo de 4h 13m. A 3 minutos del Team de los patrocinadores de la Euskadi Extrem, entró nuestro corredor Jon Erguin (Orbea – Iberobike), quién demostró una vez más ser un auténtico fenómeno en esto de la bici de montaña.
Desde Iberobike queremos felicitar y dar las gracias a toda la organización de esta veterana prueba, ya que todo lo que la rodea podría calificarse de excelente.
Si quieres sentirte como un PRO por un día y vivir una auténtica fiesta de la BTT, no te puedes perder la próxima edición de la Euskadi Extrem!
