Ayer se confirmó que los Juegos Olímpicos se aplazaban definitivamente hasta el verano de 2021.
El Giro de Italia está suspendido, y todo apunta a que Tour de Francia y Vuelta Ciclista a «media» España también harán lo propio.
Puede que para esas fechas, hablando del mes de Agosto, ya más o menos podamos haber recuperado cierta normalidad. Todos con mascarillas, guantes y separados dos metros unos de los otros eso sí.
Pero una cosa es que volvamos a la «actividad» tanto deportiva, como laboral o social, y otra muy distinta que estemos preparados para organizar grandes eventos deportivos, como podría ser el Tour de Francia.
Ya no solo por las aglomeraciones de personas o el peligro de los propios ciclistas, organizadores, prensa y demás, sino por el mejor hecho de habrá muchos ciclistas profesionales que no hayan podido prepararse como es debido para estas citas.
Otro aliciente más para este problema general es que muchos de los patrocinadores de los grandes equipos, seguramente tengan problemas de «solvencia» debido al parón comercial en todo el mundo. La crisis vamos.
Por ello, cada vez está cobrando más «sentido», si es que tiene alguno, las competiciones virtuales, pero en grupo dentro de un plató de televisión como hemos visto ahora, hablamos de cada uno en su casa, con su bicicleta y con su rodillo.
El único problema actual del ciclismo virtual es el dopaje, pero no el físico, que también, sino el mecánico o el electrónico.
Ya vimos el pasado año que en la primera edición del Campeonato eSports de ciclismo virtual con Zwift, el ganador fue sancionado por dopaje virtual. El motivo, haber conseguido una de las bicicletas virtuales de la plataforma Zwift en el mercado negro, sin haber realizado los retos deportivos sobre el rodillo que son necesarios para adquirir dicha bicicleta.
¿Pero si este año se terminan por cancelar todas las competiciones deportivas?
Lógicamente montar en rodillo no es lo mismo que andar subiendo cuestas o puertos, descendiendo a gran velocidad, haciendo relevos, atacando en solitario y un largo etcétera de maniobras e imprevistos que solventar en las competiciones ciclistas «de toda la vida».
Pero en el caso de que no se celebre competición ciclista alguna durante el 2020, las partes interesadas y empresas implicadas seguro pensarán alguna solución, no solo para mantener a algunos ciclistas ávidos de victoria activos, sino también para que la rueda económica no deje de girar del todo.
Y ya sabemos que estos momento lo importante es la salud y las personas que van a perder a seres queridos, o sus trabajos, negocios, etc. Por eso hablamos a meses vista, cuando empecemos a ver la luz.
Aún así, si no hubiese ocurrido esta desgracia que estamos viviendo o no, el ciclismo virtual cada vez está calando más fuerte dentro de cada casa.
Por ahora es un poco caro y no está al alcance de todos, pero cuando los rodillos inteligentes se vayan colando dentro de cada casa, comenzarán a salir oportunidades de negocios virtuales ciclistas, y no ciclistas, de todo tipo.
Desde rutas guiadas, cursos de conducción y/o pedaleo en rodillo, las nombradas competiciones, marchas cicloturistas virtuales, ejércitos de ciclistas pedaleando en grupo desde casa para generar energía suficiente para alimentar la red eléctrica de toda un pueblo y un largo etcétera que aún no podemos llegar a imaginar.
¿Campeonato del Mundo de Ciclismo Virtual 2020 con profesionales, si o no?
