El reciente anuncio desde el Ayuntamiento de Madrid de conceder 4800 nuevas licencias para empresas privadas de bicicletas eléctricas de alquiler, podría estar detrás de los nuevos movimientos del pequeño gigante de Cabify.
Las fechas y las cifras son claras:
- 4800 nuevas licencias o bicicletas eléctricas de alquile
- 2000 como máximo deberán estar dentro de la M-30
- 2800 en los distritos fuera de la M-30
- 50% de la flota deberá estar antes del 1 de Septiembre
- El otro 50% restante, antes de 1 de Noviembre de 2020
Cabify ya estaría reclutando personal para desarrollar su nuevo sistema de alquiler para bicicletas eléctricas a través de Maxi Mobility Spain, una de las empresas de gestión de Cabify, según declaraciones a El Español.
Aunque la propia empresa no ha confirmado nada por el momento.
El ejemplo de Madrid se podría trasladar a otras ciudades donde existan licencias disponibles para su explotación comercial.
Bicimad, el servicio municipal de alquiler de bicicletas eléctricas de la capital, cuenta en la actualidad con 2496 unidades desplegadas por los distintos barrios de la ciudad.
Su intención antes de la pandemia era la de al menos instalar 50 nuevas estaciones en los distritos de Usera, Latina, Carabanchel, Moratalaz y Fuencarral.
En Febrero de 2020 se anunció dicha ampliación, con la que también se añadirían 468 nuevas bicicletas eléctricas.
Este nuevo paso del Ayuntamiento de Madrid hace tambalear el sistema Bicimad, que ya arrastra pérdidas prácticamente desde sus inicios.
Hay que recordar además, que las licencias que se van a conceder al sector privado, como podría ocurrir con Cabify, no cuentan con el mismo sistema de estaciones base que Bicimad, sino que son bicicletas que se dejan en la vía publica y se localizan mediante una aplicación móvil.
De sobra es sabido el problema que genera con otros usuarios este tipo de alquileres de patinetes y bicicletas, en especial con los peatones.
Además, de que este tipo de empresas, tan pronto inundan las calles con miles de bicicletas o patinentes, como desaparecen de la noche a la mañana, o abandonando sus productos en plena calle, o incluso haciéndolos chatarra como está ocurriendo con las bicicletas de Jump de Uber.
Además en los tiempos que corren, donde se está pidiendo el ensanchamiento de aceras, es un sin sentido llenar el poco espacio que tiene el peatón con más bicicletas.
Esta «liberación» del mercado, seguramente traiga más problemas que beneficios, además de oler un poco, raro…
Los buitres ya están al acecho. Tras gastar millones en ello y ver que generan más pérdidas y disgustos que beneficios, las harán chatarra y a otra cosa mariposa.