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La bicicleta de alquiler en China, un desastre ecológico y empresarial.

La bicicleta de alquiler compartido se ha convertido en un negocio en expansión en muchas ciudades de todo el mundo. El país pionero en implementar este sistema a gran escala fue China, ahora sus ciudadanos pagan las consecuencias de la falta de regulación en los inicios de lo que fue un prospero negocio.

La bicicleta de alquiler compartido es un sistema que lleva poco tiempo entre nosotros, pero que ha sido un éxito en toda regla y además se ha extendido a otros medios de movilidad urbana como son los patinetes eléctricos, motos eléctricas o coches eléctricos compartidos. El sistema es muy rentable porque la mayor parte de la infraestructura es una app sobre la que operan las empresas. Sobre esta plataforma se dan de altas los usuarios y pagan su cuota. Las empresas aseguran el mantenimiento y la accesibilidad al sistema virtual (la app)y físico (las bicicletas eléctricas).

El problema ha sido que los visionarios empresariales han detectado el negocio mucho antes que las administraciones vieran la necesidad de regular este tipo de practicas. En China comenzaron a operar multitud de empresas dedicadas al alquiler de bicicletas compartidas, con una población de más de 1300 millones de habitantes y tráfico saturado se presentaba con un negocio seguro.

Y es un negocio seguro, el problema ha sido la falta de regulación en los inicios de esta actividad empresarial. Las bicicletas de alquiler compartido sembraron las ciudades chinas de la noche a la mañana. Al no haber ninguna regulación los usuarios las dejaban en cualquier lado; carreteras, aceras, puertas de centros comerciales etc. al mismo tiempo que crecían los hechos delictivos y comenzaron aparecer también incontables bicicletas de alquiler en ríos, lagos, jardines, basuras,patios de vecinos.

Las empresas de bicicletas de alquiler sobredimensionaron la oferta por quedarse con la parte más grande del pastel, el resultado un exceso de bicicletas de alquiler en la vía publica, la administración China se puso manos a la obra y comenzó a retirar toneladas de bicicletas rotas, robadas y mal aparcadas.

Las gigantescas y coloridas montañas de bicicletas a lo largo y ancho de grandes parcelas de las principales ciudades de China se ha convertido en un paisaje habitual. Millones de kilos de metal se apilan cada día a un ritmo mayor del que pueden asumir las factorías de reciclaje.

Pese a todo el sistema de bicicletas de alquiler compartido sigue siendo un negocio rentable en China como el resto de países de todo el mundo que han ido implementándolo, eso si de una forma sostenible, coordinada y con una legislación a medida, que evite repetir el desastroso paisaje de bicicletas abandonadas de China.