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El ciclista Marco Haller se encara con un «aficionado»

Todos los que somos aficionados al ciclismo nos gusta cuando vamos a ver una etapa de una gran vuelta, volver a casa con algún recuerdo y uno de los objetos más deseados son los botes de aguas que llevan los ciclistas en sus bicicletas.

Si tienes la suerte de estar en una cuneta y que al paso del pelotón, uno de ellos llega a tus pies, serás todo un afortunado.

Más complicado es conseguir un bote en las zonas de salida y llegada donde se agolpan todos los aficionados, curiosos, medios de comunicación, seguridad, organización etc. Aún así hay gente que insiste delante de los autobuses de los equipos y a veces su perseverancia tiene resultado.

Lo extraño es encontrarte con personajes con tampoco raciocinio, como el que se cruzó en el camino del ciclista del Katusha-Alpecin, Marco Haller al finalizar la 12ª etapa del Giro de Italia.

Marco Haller entró en meta y se dirigió al autobús del equipo montado en bicicleta portando su bote de agua en la boca agarrándolo con los dientes.

De repente el supuesto aficionado sin previo aviso y sin mediar palabra con el ciclista, le arranca el bote de agua de la boca al ciclista austriaco.

Marco Haller sin pensárselo dos veces se baja de la bicicleta y se encara al personaje que le había quitado el bote de la boca, por suerte una de las personas de la organización intervino con celeridad separando al enfurecido ciclista del «aficionado», porque todo preveía que este personaje se iba a llevar el premio de la montaña en forma de bofetón.

No es la primera vez que vemos una acción de este tipo en el ciclismo, al parecer hay ciertas personas que piensan que tienen el derecho de tener lo que les plazca, simplemente porque si.

En la contrarreloj por equipos del Tour de Francia de 2004 el ciclista Robbie McEwen se vio en una situación parecida a la de Marco Haller, cuando terminó y se dirigía entre una multitud al autobús del equipo, varios chavales pensaron que era una buena idea intetar robarle el bote de agua de su bicicleta.

De nuevo sin mediar palabra echaron mano al porta botellas de la bicicleta del ciclista e intentaron quitarle el bote de agua sin mucho éxito. De hecho uno de ellos le partió el porta botellas, hecho que le recriminó el ciclista.