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Crónica Noguera Bike Race 2017

El 6 y 7 de Mayo, Camarasa (Lleida), se celebro la Noguera Bike Race, una de las grandes pruebas del calendario, con etapa puntuable para la Copa Catalana de Maratón y con un cartel de corredores de escándalo. Con muchas ganas llegaba pero sin llevar la bici en estado óptimo (cambié la cadena hace un par de semanas y sigue saltando cuando le doy mucha tensión) así que a tomárselo con calma y a disfrutar de la experiencia sin preocuparse por los tiempos.

Reservamos dos noches en el Camping La Noguera, el que recomendaba la organización y desde donde saldría la segunda etapa. Imaginaros la cantidad de ciclistas que habían por allí ese fin de semana.

Cómo habíamos recogido el dorsal el viernes a última hora nos lo tomamos con calma ya que la salida era a las 9:30h. Se salía en diferentes cajones por categorías y con corredores de la talla de Francesc Guerra, Ismael Ventura, Pau Zamora, Joan Llordella (Buff Scott Mtb Team), Guillem Muñoz (Team Blue Motors), etc. Como yo tengo licencia cicloturista entraba en categoría OPEN y nos tocaba salir atrás del todo. Total, cómo no me preocupaba el tiempo qué más me daba un poco más adelante o un poco más atrás.

Ya veis la prisa que llevaba en la salida.

Como salgo tan atrás sufro un par de tapones en los primeros senderos de subida, y en los siguientes de bajada voy algo tenso, sin flow, con mala presión en los neumáticos. En cuanto llegamos a pista y puedo parar, quito aire a la delantera e hincho un poco la trasera. Ahora mejor pero el terreno está muy seco y suelto y llevo un tiempo que no me dan mucha confianza los neumáticos por eso no arriesgo nada y dejo pasar a todo el mundo que llevo pegado a rueda.

Vamos sumando kilómetros de un entorno precioso con un continuo sube-baja sumando desnivel hasta que llegados a Alòs de Balaguer encaramos el puerto más largo de la jornada (8km), el primero de los dos picos del perfil.

Cómo bajando soy un estorbo, ataco subiendo y en estas de pista donde se puede llevar un pedaleo continuo es donde mejor me encuentro. Paso a mucha gente, a todos los que he dejado pasar bajando anteriormente y los que volveré a dejar pasar después, y a medio puerto cazo a Sergio. En un principio pensaba que iba tranquilo para que le cazara ya que habíamos dicho de ir juntos y había salido en un cajón mucho más adelantado pero no, lleva una pájara de libro. Se encuentra mal, las piernas no tiran, nudo en la garganta y con ganas de vomitar.

Vamos haciendo con calma, yo ahora subiendo a medio gas pero no lo voy a dejar sólo. Miro la temperatura y marca 29,8ºC, contando que el sol de montaña pica mucho más que el que estamos acostumbrados los de ciudad puede que influyera en la pájara final, vete tú a saber.
Coronamos por fin y toca bajar. Ahora es cuando Sergio se me va sin esfuerzo pero le recorto al llegar a pista. Voy algo más cómodo pero sin querer arriesgar más de la cuenta.

El último tramo de esa larga bajada antes de llegar al avituallamiento nos hacen pasar por dentro del pueblo de Alòs de Balaguer, con sus estrechas y empinadas calles empedradas, muy al estilo de DH urbanos. Una sensación especial que nos deja una sonrisa de oreja a oreja.

Paramos unos minutos en el avituallamiento a comer y beber sin prisas y así dejar que Sergio se recupere un poco. Km40 y encaramos el segundo puerto largo de la etapa (6km) donde pasa lo mismo que antes, subimos sin forzar. El hecho de subir por pista mata psicológicamente a Sergio que prefiere el sube-baja por senderos, en cambio a mí me va mejor, coger un pedaleo continuo y mantenerlo. Dos estilos muy distintos, todo según lo que entrenes y en mi caso no puedo salir del rodillo entre semana.

Van pasando los kilómetros, se acerca el final y la última bajada es por un sendero espectacular. Un palmo de terreno, la ladera de la montaña a un lado y barranco al otro, una sucesión de curvas cerradas con el terreno seco y suelto donde había que hacer bailar a la rueda trasera para encararlas bien. Sin duda lo mejor de la etapa junto con cruzar las calles de Alòs de Balaguer que he explicado antes.

Último kilómetro llano antes de meta, sendero cerrado entre árboles, rocas escondidas en el suelo, una de las cuales que no había visto me escupe la rueda trasera sacándome de la bici por orejas. Me levanto enseguida pero sin respiración, con un fuerte golpe en las costillas (que acabó siendo una pequeña fisura) y un arañazo en el muslo, nada serio. Subo de nuevo y tras trescientos metros llegamos a la META.

Tras reponer fuerzas en el Polideportivo de Camarasa donde estaba instalado el avituallamiento final nos vamos para el camping de nuevo, no sin antes meternos en el río a refrescarnos.

Pasamos la tarde descansando y aproveché para enchufarme mi querido Bluetens, electro-estimulador pequeño, ligero y potente ideal para descargar después de estas duras etapas. Yo que había renegado tanto de estos cacharritos y ahora no pasa un día que no me lo enchufe tanto para descargar como para fortalecer o incluso “sanar”.

Etapa 2. Salida desde el camping La Noguera (St.Llorenç de Montgai).

Tras las sensaciones del día anterior decidimos hacer la etapa Rally (40km, 1000m) ya que la Maratón son 90km 2500m de desnivel y siendo el día de la madre, no llegaríamos tan tarde a casa para cumplir con la familia.

Como el día anterior salimos en diferentes cajones pero esta vez, sabiendo que va a ser una ruta de muchos senderos, decidimos que cada uno hiciese a su ritmo y vernos en meta. No quería ser un lastre para Sergio y que disfrutara de la ruta que nos tenían preparados.

Arranca la etapa con los dos primero kilómetros por la carretera dirección Camarasa bordeando el río (precioso, ya me enamoraron esas vistas el viernes después de recoger el dorsal) hasta entrar a pista para empezar a ganar desnivel y estirar el pelotón. Mi terreno y lo aprovecho. Intento marcar un ritmo alto sin quemarme y voy adelantando a muchos corredores. Siete kilómetros de puerto, llevamos diez de carrera, cruzamos el pueblo de Vilanova de la Sal y toca bajar. Dejo pasar a un par de corredores primero para no hacer tapón y segundo para ir mas tranquilo sin presión. Tras un kilómetro y medio de sendero estrechito llegamos otra vez a pista de subida y vuelvo a adelantar a los que había dejado pasar antes.

Km17 avituallamiento en el pueblo de Avellanes y cruce entre corta/larga, Rally/Marathon, y como ya habíamos decidido voy hacia la corta. Ahí empezaría el festival de senderos, uno tras otro con unos metros de pista para enlazarlos, de subida y de bajada, y donde como en todo el fin de semana, no iba del todo cómodo ni subiendo por la cadena que saltaba ni bajando por los neumáticos pero que de todas formas disfruté muchísimo a mi ritmo (más lento que el del resto).

Sin presión ninguna y dándome igual los tiempos me paré a echar una par de fotos.
Siguen pasando los kilómetros, enlazando senderos, y sigo apartándome para no estorbar a la gente, y en km33 viene la sorpresa del día, una trialera de bajada, de tierra suelta, de un palmo de ancho, donde bajabas haciendo deslizar la bici con el freno trasero totalmente clavado y donde si te pasabas de trazada podías acabar bastante mal ya que había una caída de varios cientos de metros, pero eso sí, unas vistas espectaculares y con una sonrisa de oreja a oreja.
Al llegar a pista no pude resistirme a parar (total, de perdidos al río) para inmortalizar la estampa.

Estábamos en lo alto de la montaña frente al camping, tan cerca ya que de hecho escuchábamos hasta al speaker, y creíamos que era acabar de bajar la pista y punto, pero no, otra sorpresa, un sendero bordeando la ladera de la montaña de unos cinco kilómetros para acabar por todo lo alto la carrera.

En total de los dos días hice 110km y 3.000m de desnivel acumulado (y sin pasar de 600m sobre el nivel del mar, imaginaros el continuo sube-baja) combinando etapa Maratón el sábado y Rally el domingo. No es mala idea si quieres disfrutar del recorrido sin morir en el intento, las dos etapas Rally pueden saberte a poco y las dos Maratón se te pueden hacer muy largas si te exprimes mucho el primer día. Esta combinación la elegimos muchos ese fin de semana.

En definitiva que pasamos dos días de puro mountain bike disfrutando de los rincones de la Comarca de la Noguera, en pleno Pre-Pirineo de Lleida, y en mi caso disfrutando de mi primera experiencia en una carrera por etapas. Sin duda y si todo va bien repetiré el año que viene aunque espero que en mejores condiciones mecánicas.